La viuda del docente denuncia a la Consejería de Educación por haber ignorado las quejas durante años del fallecido y de otros docentes del instituto.
Días antes de que la víctima sufriera un infarto, un inspector le exigió que no volviera a llevar sus problemas a la delegación.
Un juzgado de Sevilla investiga un posible caso de acoso laboral tras la muerte por ataque cardiaco de un profesor en un Instituto de Educación Secundaria de la capital y tras un largo enfrentamiento entre el docente y el director del centro.
El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Sevilla ha tomado ya declaración a la esposa del fallecido, Raquel Mateos, y ha enviado a la Consejería de Educación un requerimiento para que aporte información sobre las actuaciones que su delegación territorial en Sevilla realizó a raíz de las quejas que el fallecido trasladó a la administración pidiendo su amparo ante los atropellos de que estaba siendo objeto por parte del director del instituto.
Investigación.
La investigación abierta por la Justicia se inicia a raíz de la denuncia de la propia Raquel Mateos contra el director del centro y contra la delegación en Sevilla de la Consejería de Educación por delitos contra la integridad moral, malversación de caudales públicos y prevaricación. En su escrito, la denunciante acusa a la administración de haber ignorado sistemáticamente todas las quejas que les hizo llegar el profesor fallecido, José Portillo García, hasta el punto de que le prohibieron volver a presentarse ante la delegación territorial a plantear los problemas que se estaban produciendo en el centro con el director.
Relato de los hechos.
Según el relato de los hechos realizado por Mateos ante el juez, el director del centro, desde 2008 y hasta su cese en julio de 2016, «ejerció una actitud de acoso y hostigamiento sobre diversos trabajadores del centro, que fue particularmente intensa sobre José Bernardo Portillo García«.
Ya en 2009, el claustro de profesores del centro remitió una carta al inspector en la que, entre otras cuestiones, subrayaba que el director «utiliza la persecución personal, el amedrentamiento, etc. para ocultar su falta de liderazgo y conocimientos, personalizando todas las decisiones, totalmente arbitrarias, que se toman y que carecen de todo fundamento lógico y de índole corporativo (…). Tiene por costumbre gritar, amedrentar, avasallar, coaccionar y amenazar, también a los alumnos (además de a los compañeros) y a cualquiera del colectivo de trabajadores, por cualquier motivo o circunstancia que a él le parecen, de manera totalmente arbitraria, siento este hecho reiterativo año tras año«.
En un momento dado, añade la denuncia, José Portillo trasladó todo lo que estaba ocurriendo al Consejo Escolar «y esto acrecentó la animadversión del director hacia él, por lo que empezó a hacerle la vida imposible«.
Ejemplos de acoso.
Entre los ejemplos de acoso se cita el «aislamiento«, ya que no se le informaba de las reuniones de profesores y se le ignoraba cuando estaba presente; «la obstrucción a su ejercicio de docencia, por ejemplo, cerrando el salón de actos para que no pudiera impartir clases; las amenazas, insultos y gritos hacia su persona; las represalias hacia las personas que le mostraban su apoyo«.
En el escrito ante el juez, se afirma igualmente que el director «usaba el centro a su antojo para impartir los sábados clases particulares de la academia privada en la que trabajaba o para celebrar reuniones de la comunidad de propietarios de la que formaba parte la vivienda en que residía, incluso en el salón de actos«.
Además, se aportan los nombres y apellidos de profesores y alumnos que han sido testigos y/ o víctimas de los comportamientos supuestamente denigrantes y totalitarios del director.
El 18 de diciembre de 2015, José Portillo tuvo una reunión con un inspector de la delegación de Educación, «que le dice que no vaya a la inspección con más problemas y que los resuelva en el centro«. «Ése fue su último día laboral, pues se fue de vacaciones de Navidad y, el 06 de enero de 2016, a las 17 horas, día inmediatamente anterior a reincorporarse al IES, sufre un taponamiento cardiaco secundario a rotura de aorta torácica que le causa el fallecimiento instantáneo«. «Es evidente -apunta la viuda en su denuncia ante la Justicia- que la situación de estrés y presión que sufría, por la que había pedido a su cónyuge que no hablasen en su casa de la situación del centro, unido a la inminencia de su reincorporación, fue un factor de riesgo para que ocurriese dicho accidente«.
Finalmente, el 21 de junio de 2016 varios profesores pusieron una nueva denuncia ante la delegada territorial de Educación, provocando la dimisión del director que, sin embargo, sigue ejerciendo como docente en el mismo centro.
El titular del juzgado de Instrucción número 2 de Sevilla, Carlos Mahón, ha abierto diligencias y tomado declaración a la viuda, quien se ha ratificado en la información aportada por escrito. Además, con fecha de 19 de octubre de 2017, ha pedido a la Delegación de Educación en Sevilla que facilite todas las denuncias y actuaciones llevadas a cabo en relación con el director del IES desde el año 2009.
Por su parte, la acusación ha pedido al juez que tome declaración a varios profesores del centro, a un representante de los padres de alumnos, a dos inspectores de la delegación de Educación y a dos técnicos de su unidad de riesgos laborales y del comité para la prevención del acoso laboral.
Fuente: El Mundo.
Tema: Riesgos Laborales.
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