Vas conduciendo por la carretera y, de pronto, te encuentras con un atasco que te obliga a aminorar la marcha de manera repentina. El coche que circula detrás de ti, al no respetar la distancia de seguridad, no puede reaccionar a tiempo y te golpea por detrás. El impacto es tan fuerte que, siguiendo un efecto dominó, acabas chocando con el vehículo de delante. A esto se le conoce como alcance en cadena por lanzamiento.
En los accidentes en cadena están involucrados más de dos vehículos y suelen generar dificultades a las aseguradoras a la hora de establecer responsabilidades.
Según el Reglamento General de Circulación, todo conductor que circule detrás de otro deber dejar un espacio libre que le permita detenerse, en caso de frenado brusco, sin colisionar con él. De manera que, si no respetas esta distancia, serás considerado culpable en caso de colisión. Pero, ¿qué ocurre cuando sufres un golpe por detrás y por la inercia del mismo golpeas al vehículo de delante?.
Atendiendo a la normativa, podría pensarse que, de la misma manera que el vehículo que te golpea a ti es responsable de los daños de tu coche, al mismo tiempo tú serías responsable de los daños del que te precede. Sin embargo, no es así. Al primero que impacta se le considera causante de todos los daños ocasionados en el resto de vehículos ya que, si no te hubiera golpeado, tú no habrías chocado contra el vehículo de delante.
Otra situación de accidente múltiple se produce cuando golpeas al coche de delante y el que circula detrás de ti impacta después contra tu vehículo. A este tipo de siniestro se le conoce como doble alcance trasero. En este caso sí que se aplica lo que se conoce como regla de alcance trasero: cada conductor tiene la responsabilidad de los daños del vehículo de delante y de los daños propios de su coche.
Cuando una reacción en cadena tiene lugar, hay una serie de factores determinantes que podrán ayudarnos a establecer el orden de los impactos, a saber quién tiene la culpa de un choque en cadena y quién es el conductor negligente, como, por ejemplo:
- La versión de los testigos del accidente, incluyendo la nuestra propia, la de los pasajeros de cada coche, viandantes y otros conductores.
- Los informes policiales del accidente.
- El propio daño de cada vehículo.
- El rastro dejado en la escena del accidente, como marcas de frenado y restos de los vehículos.
En cualquiera de los casos, la tenencia de los papeles del coche en regla es obligatoria, y de no ser así, puede convertirse en un disgusto añadido al del propio accidente.
¿Qué hacer si tienes un accidente en cadena?.
Si estás involucrado en un accidente de este tipo, lo primero que debes hacer es ponerte el chaleco, bajarte del coche y situarte en un lugar seguro lo más rápidamente posible. Una vez fuera de peligro, conviene llamar a las autoridades competentes para que presten ayuda y, si es posible, prestar auxilio a otras personas implicadas que lo puedan necesitar. Recuerda que no hacerlo constituye un delito por omisión del deber de socorro y puede provocar que no te indemnicen por los daños.
Es importante esclarecer bien cómo han ocurrido los hechos porque, si las aseguradoras no llegan a entenderse, puedes acabar declarando ante un juez, ya que no siempre es fácil demostrar que estabas parado antes del choque o que guardabas correctamente la distancia de seguridad y fue el impulso del golpe lo que te llevó a colisionar con el coche de delante.
En cualquier caso, si resultas culpable en un accidente en cadena, tu seguro de responsabilidad civil debe hacerse responsable de los daños a terceros. Los desperfectos de tu coche sólo están cubiertos si han sido producidos por culpa de otro conductor o si tienes contratada la cobertura de daños propios, incluida exclusivamente en pólizas a todo riesgo. Si tienes alguna duda relacionada con el seguro de tu vehículo, no dudes en consultar al experto.
Tema: Riesgos Laborales.
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