¿Qué es el «síndrome del impostor«?.
¿Sabías que 7 de cada 10 personas sufren el síndrome del impostor?. Lo cierto es que se trata de un trastorno psicológico que es mucho más común de lo que parece.
El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico por el que la persona cree que no es inteligente, capaz o creativa, a pesar de que las evidencias indican que es hábil, presenta un alto rendimiento y tiene éxito. Es sentirte como un impostor cuando realmente no lo eres. Influye mucho en su aparición y desarrollo la personalidad, los antecedentes y las circunstancias de cada persona. Aunque es algo real y que debilita a la persona, es posible que quien lo padezca ni siquiera sea consciente de que le está pasando.
Este trastorno tiene diferentes niveles y puede aparecer de manera temporal, como consecuencia de algún cambio que se haya producido en la vida personal o profesional, o prolongarse y empeorar con el tiempo.
Por esta razón, es necesario identificarlo y trabajar en él, ya que puede llegar a convertirse en un obstáculo para tu desarrollo profesional.
Un ejemplo muy claro:
El de un estudiante que ha trabajado duro y se presenta a los exámenes, pero cree que no ha rendido lo suficiente o que no conseguirá buenas notas, aunque luego se sorprende con un excelente resultado.
Personas Inseguras.
En general, todas las personas que padecen el síndrome del impostor tienden a ser inseguras, por lo que se cree que este mismo puede deberse a varios factores:
- Dinámicas familiares disfuncionales en la infancia: cuando se somete a la persona a una gran exigencia para obtener buenas calificaciones o hay alguien cercano a quien se suele reconocer por sus logros, provoca que se generen comparaciones de manera constante.
- Estereotipos de género: las mujeres suelen padecer en mayor medida estos trastornos a causa de las presiones que existen para conjugar la vida profesional con la exigencia social de ser madres.
- Ser demasiado autoexigente: cuando una persona tiene expectativas excesivamente altas sobre sí misma y nunca llega a cubrirlas, esto le genera altos niveles de ansiedad y posibles bloqueos mentales.
- Percepción distorsionada del éxito, el fracaso y la competencia: en general, estas personas tienden a hacer esfuerzos desmesurados por objetivos que después no compensan.
¿Cuáles son los cinco perfiles más comunes?.
La doctora Valerie Young, pionera en el estudio de este trastorno, categorizó los comportamientos relativos al síndrome del impostor en los siguientes cinco grupos o perfiles:
- Perfeccionista: Perfeccionismo y síndrome del impostor suelen ir de la mano, porque las personas perfeccionistas y fanáticas del control suelen fijarse metas muy altas. Y cuando no las consiguen experimentan grandes dudas sobre sí mismas. Sienten que, para estar a la altura, tienen que hacer las cosas ellas mismas.
- Superhumano: Estas personas que tienen el síndrome del impostor se presionan a ellos mismo para trabajar muy duro y estar a la altura, como forma de encubrir sus inseguridades. Pero con la sobrecarga de trabajo lo que vemos es otro síntoma y las consecuencias del estrés laboral: problemas en las relaciones con los demás y, lo que es peor, daños en la propia salud mental.
- Genio natural: Otro caso de personas que sufren el síndrome del impostor son las que juzgan el éxito en función de sus capacidades, y no de sus esfuerzos. Entienden que si tienen que trabajar duro en algo es porque son malos en ello. Creen que tienen que hacerlo todo bien a la primera, y cuando no son capaces de hacer algo rápidamente, se estresan.
- Individualista: Individualistas en el sentido de que si piden ayuda, las personas que tienen el síndrome del impostor creen que están revelando sus debilidades y dejando de demostrar lo que valen.
- Experto: Las personas que sufren el síndrome del impostor y pertenecen a esta categoría siente que, de alguna manera, engañaron a las personas que le contrataron. «Tiemblan» de miedo pensando que en algún momento se descubrirá que son inexpertos en su área.
¿Cómo superar todo esto?.
Tienes que verte a ti mismo como un proyecto en progreso. Por ejemplo, si quieres destacar más en tu departamento, pero no se te dan bien las reuniones, es mejor perfeccionar tus habilidades comunicativas que decidir dejar de hablar en las reuniones de equipo porque “en eso no soy bueno”. Identifica comportamientos o habilidades a mejorar en el tiempo y ve a por ellos.
- Acepta que tienes algo que ver en tus logros.
- Céntrate en proporcionar valor.
- Deja de compararte con otras personas.
- Dilo en voz alta: ‘Es el síndrome del impostor’.
- Cometer un error no te hace un farsante.
- La autenticidad es un engaño.
- Date cuenta de que nadie sabe lo que está haciendo al 100%.
¿Regalo?.
El síndrome del impostor puede ser incluso una especie de “regalo” si lo utilizas para crear un estilo de vida más útil y que te sirva para alejarte de los síntomas del estrés en el trabajo.
Recuerda que no te pasa solo a ti:
Hay estudios que indican que aproximadamente un 70 % de las personas exitosas sufren el síndrome del impostor.
Cuando compartes con otras personas cómo te sientes, esa sensación de aislamiento y vergüenza disminuye, la empatía y la conciencia de nosotros mismos crecen.
Cómo trabajar el síndrome del impostor.
El síndrome del impostor se manifiesta a través de diversos síntomas, visibles en actitudes como la no aceptación de los elogios, el empeño excesivo que se pone en una tarea y la comparación constante.
Lo primero que hay que hacer es reconocer esas posturas:
- No aceptar las recompensas: el hecho de no interiorizar los propios logros hace que, al recibir una felicitación, como un premio o una buena calificación, esta persona lo atribuya a otras causas, por ejemplo: “me ha ido bien porque lo revisé con un compañero” y “he tenido suerte”. Si bien es cierto que trabajar en equipo contribuye a conseguir mejores resultados, también hay detrás un trabajo individual. Por este motivo, es importante que siempre se reflexione sobre el camino que se ha recorrido para recordar que se ha llegado hasta ahí como fruto del esfuerzo personal.
- Intentar ser un superhéroe: una actitud muy habitual es la de tratar de ser siempre el mejor, actuar como invencible y super poderoso. El problema es que, cuando no logras llegar a esos objetivos, sientes que has fracasado. Sin embargo, a veces, es mejor aceptar que tenemos algunas limitaciones y que debemos pedir ayuda.
- Comparación constante: en ocasiones, compararse puede ser útil, no obstante, la mayoría de las veces comporta ansiedad, sentimientos de envidia y baja autoestima. Para hacer frente a esta actitud, procura enfocarte en tus objetivos y revisar todo lo que has hecho hasta ahora. Tal y como afirmaba Confucio filósofo chino del siglo VI a.C., con su frase “saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber”, una de las primeras claves que necesitas para gestiona el síndrome del impostor es reconocer tus fortalezas y debilidades reales.
Continua Adquiriendo Conocimientos.
Aprender a confiar en ti y en el fruto de tu esfuerzo es un trabajo que conlleva tiempo y dedicación, como también aceptar que nadie es perfecto. En este sentido, continuar adquiriendo conocimientos, sin importar la edad que tengas, es una de las mejores vías para obtener esta confianza.
Prevención – Vídeo: El Síndrome del Impostor.