Accidentes

El trabajador, murió en las aguas del puerto de bajura de Armintza, en el municipio de Lemoiz, al caer al mar con la furgoneta ‘Nissan Pick Up’ que conducía. Al parecer, el hombre realizaba la maniobra de la marcha atrás, y por causas que aún se investigan, entre las que podría encontrarse un fallo de embrague o un mal cálculo de la distancia, su vehículo se precipitó por la rampa sobre las 15.35 horas y acabó sumergido. La furgoneta volcó y el hombre quedó atrapado bajo el agua. Un ertzaina fuera de servicio que se hallaba en las inmediaciones se quitó la ropa y se lanzó de inmediato a su rescate. Tras varios intentos, logró sacarle del vehículo y arrastrarle a tierra, aunque la víctima ya se hallaba inconsciente tras varios minutos bajo el agua. Un médico que también se encontraba en el enclave le realizó la reanimación cardiopulmonar durante varios minutos con la ayuda de varios voluntarios, aunque sin éxito.

Su muerte se certificó una hora después del siniestro. Nada se pudo hacer por su vida pese a que a a la zona se trasladaron los Bomberos, el helicóptero de la Ertzaintza, varios vehículos sanitarios y los buzos de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Policía autonómica, que rastrearon el agua para descartar que hubiera más ocupantes en la furgoneta sumergida. El cuñado de la víctima se acercó al puerto a reconocer el cadáver, que fue trasladado al Servicio de Patología Forense de Bilbao, donde le realizarán la autopsia.

«Sustituir a un compañero»

Se la da la circunstancia de que el trabajdor encontró la muerte en un puerto que conocía bien, realizando maniobras que había practicado «cientos de veces», se apenan los vecinos. Desde hacía varios años era uno de los encargados de la limpieza y el mantenimiento del muelle de este bonito enclave marinero de apenas medio millar de habitantes. Había tejido lazos de amistad con muchos de ellos y solía tomar café en los restaurantes cercanos, donde ayer ya se lloraba su pérdida.

Los lugareños comentaban que el accidente pudo haberse producido cuando iba a abandonar el lugar una vez terminadas sus labores. Era sábado y según comentaban, no le tocaba trabajar, pero acudió «a sustituir a un compañero, a hacerle un favor», al parecer a revisar las farolas del muelle.