Formación

La denominada «Ley de la Silla» es una normativa poco conocida que data de principios del siglo XX en España y que aún tiene relevancia en ciertos contextos laborales. Esta legislación, oficialmente incluida en el Reglamento de Seguridad e Higiene en el Trabajo de 1938, establecía la obligatoriedad de proporcionar asientos a los empleados en trabajos que, por su naturaleza, requerían estar de pie durante largos períodos. Aunque su aplicación ha ido perdiendo protagonismo con el tiempo, esta normativa sigue siendo un recordatorio importante de la necesidad de considerar la ergonomía y la comodidad en el entorno laboral.

Creencias

Distintos sectores obligan a las personas a trabajar de pie durante largas jornadas: el personal de seguridad, los empleados de hoteles, restaurantes y tiendas de autoservicio. Aún existen empleadores que perpetúan la creencia de que sentarse por un momento le da “mala imagen” a sus empresas, a pesar de que los riesgos a la salud de permanecer de pie por largos periodos están ampliamente documentados en estudios científicos.

Sentarse da una mala imagen

A los trabajadores se les prohíbe sentarse porque, según, dan una mala imagen. No hay una justificación razonable, es simplemente algo clasista. Me parece sumamente grave que se piense que un trabajador no es productivo si no está parado..

Evitar permanecer de pie durante mucho tiempo.

Es común ver que trabajadores de zapaterías, cajeros, dependientes de tiendas, guardias de seguridad, entre otras ocupaciones, laboren de pie durante horas sin derecho a sentarse por un momento para descansar los pies. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) tiene una postura clara al respecto: “Siempre que sea posible, se debe evitar permanecer de pie durante largos periodos de tiempo para realizar un trabajo. Los periodos prolongados de trabajo de pie pueden provocar dolor de espalda, hinchazón de piernas, problemas de circulación sanguínea, dolor de pies y cansancio muscular”.

La OIT indica que, si un trabajo debe realizarse de pie, el empleador tiene la obligación de proporcionar una silla para sentarse a intervalos regulares. También indica que el suelo debe estar limpio, nivelado y no ser resbaladizo. Además, es necesario que los trabajadores utilicen calzado adecuado y con soporte para el arco.

 

¿Qué dice la ley sobre trabajar de pie en España?

En España, la legislación laboral aborda el tema de las condiciones de trabajo, incluyendo las situaciones en las que los empleados deben permanecer de pie durante largas jornadas. La normativa principal que regula estos aspectos es la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, junto con el Real Decreto 486/1997, que establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales exige que los empleadores tomen las medidas necesarias para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores. Esto incluye la obligación de evaluar los riesgos inherentes a cada puesto de trabajo y adoptar las medidas preventivas adecuadas. En el caso de trabajos que requieren estar de pie durante largos períodos, es esencial que se consideren los riesgos asociados, como el cansancio, problemas circulatorios y otras complicaciones de salud. El Real Decreto 486/1997, por su parte, se enfoca en las condiciones ambientales y de seguridad en el lugar de trabajo.

Este decreto establece que los lugares de trabajo deben contar con medios que permitan a los trabajadores adoptar posturas adecuadas. Específicamente, se menciona la necesidad de proporcionar asientos cuando la naturaleza del trabajo lo permita. Además, el decreto también estipula que los empleadores deben facilitar descansos adecuados y disponer de áreas de descanso.

 

La «Ley de la Silla»

La «Ley de la Silla» fue creada con el objetivo de proteger la salud de los trabajadores, especialmente en sectores donde era común que las personas permanecieran de pie durante toda su jornada laboral, como el comercio minorista y la manufactura. La normativa establecía que los empleadores debían facilitar sillas o taburetes para que los empleados pudieran sentarse durante los periodos de descanso o en momentos en los que no se requería su actividad constante.

Aunque la «Ley de la Silla» no se menciona con frecuencia en las normativas modernas, su espíritu se mantiene vivo en la legislación actual a través de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el Real Decreto 486/1997. Estas normativas contemporáneas siguen insistiendo en la importancia de proporcionar condiciones de trabajo adecuadas, lo que incluye la posibilidad de sentarse cuando la actividad lo permita. Sin embargo, la «Ley de la Silla» es un recordatorio de que incluso normativas antiguas pueden tener implicaciones significativas en la salud y bienestar de los trabajadores.

 

Consecuencias de trabajar de pie durante muchas horas

Trabajar de pie durante largas horas puede tener efectos negativos significativos en la salud y el bienestar de los trabajadores. Aunque algunos puestos de trabajo requieren esta postura debido a la naturaleza de la tarea, es crucial estar al tanto de los posibles riesgos y tomar medidas para mitigarlos.

Uno de los efectos más comunes es el desarrollo de problemas musculoesqueléticos, especialmente en las piernas, rodillas y espalda. Estar de pie de manera prolongada puede causar tensión en los músculos y ligamentos, lo que a largo plazo puede llevar a dolores crónicos y afecciones como lumbalgia o ciática. Además, la falta de movimiento contribuye a la rigidez y el dolor en las articulaciones.

La posición de pie constante puede dificultar la circulación sanguínea, lo que puede provocar hinchazón en los pies y tobillos, venas varicosas y en casos graves, trombosis venosa profunda. La falta de circulación adecuada puede resultar en una acumulación de sangre en las extremidades inferiores, aumentando el riesgo de coágulos sanguíneos y otros problemas vasculares. Estar de pie durante periodos prolongados también puede provocar una sensación general de fatiga y agotamiento.

Este cansancio físico no solo afecta la productividad y la concentración, sino que también puede disminuir la calidad del trabajo y aumentar el riesgo de errores o accidentes laborales. La fatiga acumulada puede llevar a una disminución del bienestar general y afectar negativamente la vida personal y profesional del trabajador.

Además de los problemas físicos, estar de pie durante largos periodos puede tener efectos psicológicos adversos. La incomodidad y el dolor físico pueden generar estrés y ansiedad, lo que puede afectar negativamente el estado de ánimo y el bienestar mental. En algunos casos, los trabajadores pueden experimentar frustración o insatisfacción laboral, lo que también puede llevar a una mayor rotación de personal y una disminución del compromiso con el trabajo.

 

Problemas comunes y cómo prevenirlos

Los problemas musculoesqueléticos, como el dolor de espalda baja, dolores en las piernas, y tensión en los hombros y cuello, son frecuentes entre aquellos que trabajan de pie durante mucho tiempo. Estos pueden resultar de la postura estática y la falta de apoyo adecuado.

Prevención

  • Ergonomía: Utilizar superficies de trabajo ajustables que permitan variar entre estar de pie y sentado.
  • Calzado adecuado: Usar zapatos con buen soporte y amortiguación para reducir la tensión en las extremidades inferiores.
  • Ejercicios y estiramientos: Realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular regularmente para mantener la flexibilidad y reducir la rigidez.

Estar de pie por períodos prolongados puede dificultar la circulación sanguínea, provocando hinchazón, varices y, en casos extremos, problemas más serios como trombosis venosa.

Prevención

  • Movilidad: Cambiar de posición regularmente, caminar o realizar movimientos ligeros para fomentar la circulación sanguínea.
  • Alfombrillas antifatiga: Utilizar alfombrillas que amortigüen el impacto en los pies y faciliten una postura más cómoda.
  • Medias de compresión: En algunos casos, el uso de medias de compresión puede ayudar a mejorar la circulación y prevenir la hinchazón.

La fatiga y el agotamiento son comunes debido al esfuerzo físico continuo y la falta de descanso adecuado.

Prevención

  • Descansos regulares: Programar pausas cortas cada hora para descansar y relajarse, ya sea sentado o caminando.
  • Organización del trabajo: Distribuir las tareas de manera que se puedan alternar entre periodos de estar de pie y otros menos exigentes físicamente.

El dolor en los pies, la fascitis plantar y otros problemas podológicos son comunes entre los trabajadores que están de pie durante largos períodos.

Prevención

  • Elección del calzado: Utilizar zapatos que proporcionen soporte adecuado al arco del pie y amortiguación para reducir el impacto.
  • Plantillas ortopédicas: Considerar el uso de plantillas personalizadas para corregir problemas específicos del pie.
  • Cuidado de los pies: Realizar cuidados regulares, como masajes y baños de pies, para aliviar la tensión y mejorar la salud general de los pies.

El estrés y la ansiedad pueden surgir como resultado de la incomodidad física continua, lo que puede afectar la salud mental y el bienestar general.

Prevención

  • Ambiente de trabajo positivo: Fomentar un ambiente de trabajo que promueva la salud mental y el bienestar, con un buen apoyo social y comunicación abierta.
  • Técnicas de relajación: Incorporar técnicas de relajación y mindfulness en la rutina diaria para reducir el estrés.

 

Riesgos según la OIT y estudios médicos

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y numerosos estudios médicos han identificado y documentado los riesgos asociados con el trabajo prolongado de pie. Estos riesgos no solo afectan la salud física de los trabajadores, también pueden tener repercusiones en su bienestar mental y emocional.

  • Problemas musculoesqueléticos: La OIT destaca que la postura prolongada de pie puede llevar a la aparición de trastornos musculoesqueléticos, especialmente en la parte baja de la espalda, las rodillas y los pies. La organización subraya la importancia de diseñar los puestos de trabajo para permitir cambios de postura y la inclusión de descansos adecuados.
  • Circulación sanguínea deficiente: Uno de los problemas más serios asociados con estar de pie durante largos períodos es la mala circulación sanguínea. La OIT menciona el riesgo de desarrollar venas varicosas y otros trastornos vasculares como resultado de la acumulación de sangre en las extremidades inferiores.
  • Fatiga y disminución del rendimiento: Según la OIT, la fatiga física es un riesgo significativo que puede llevar a una reducción de la productividad y el rendimiento laboral. La fatiga acumulada también puede aumentar el riesgo de accidentes y errores en el trabajo, especialmente en entornos que requieren atención constante y precisión.
  • Problemas cardiovasculares: Diversos estudios médicos han demostrado que estar de pie durante largas horas puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a la tensión adicional que se ejerce sobre el sistema circulatorio, lo que puede llevar a una presión arterial elevada y otros problemas cardíacos.
  • Problemas articulares y en los pies: Investigaciones médicas han confirmado que las personas que pasan mucho tiempo de pie son más propensas a sufrir problemas en las articulaciones y en los pies, como artritis, fascitis plantar y dolor crónico. Estos problemas se agravan si se utilizan superficies duras o calzado inadecuado.
  • Impacto en la salud mental: Estar de pie durante períodos prolongados también puede tener un impacto negativo en la salud mental. Los estudios han indicado que la incomodidad física puede llevar a un aumento del estrés y la ansiedad. Además, la fatiga constante puede contribuir a una disminución del bienestar emocional y una mayor incidencia de trastornos del estado de ánimo.

 

¿Cuántas horas puedo trabajar de pie estando embarazada?

Durante el embarazo, especialmente en el segundo y tercer trimestre, se recomienda que las mujeres limiten el tiempo que pasan de pie. Aunque no existe un consenso absoluto sobre el número exacto de horas que una mujer embarazada puede trabajar de pie, algunos estudios y expertos en salud sugieren limitar el tiempo a no más de 3 a 4 horas continuas, alternando con periodos de descanso. En algunos casos, puede ser necesario reducir este tiempo aún más, dependiendo de las circunstancias individuales.

  • Alternar entre estar de pie y sentada: Cuando sea posible, se debe alternar entre estar de pie y sentada para reducir la presión en la espalda y las piernas.
  • Descansos frecuentes: Tomar descansos regulares para caminar, estirar las piernas o simplemente sentarse y relajarse.
  • Uso de calzado cómodo: El calzado debe ser cómodo, con buen soporte para el arco del pie y amortiguación adecuada para reducir el impacto en las articulaciones.
  • Consulta médica: Siempre es recomendable consultar con un médico o un profesional de la salud sobre las mejores prácticas durante el embarazo, especialmente si se tienen preocupaciones específicas relacionadas con el trabajo.

No hay una respuesta única para todas las mujeres embarazadas sobre cuántas horas pueden trabajar de pie, ya que esto depende de muchos factores individuales. Sin embargo, es fundamental escuchar al propio cuerpo y seguir las recomendaciones médicas para asegurar un embarazo saludable y seguro. La flexibilidad en el entorno laboral y una buena comunicación con los empleadores pueden ayudar a crear condiciones óptimas para las mujeres embarazadas que necesitan estar de pie durante su jornada laboral.

 

Posturas correctas y hábitos saludables

Una postura correcta implica distribuir el peso equitativamente entre ambos pies en lugar de inclinarse hacia un lado o hacia adelante. Es recomendable mantener los pies a la altura de los hombros y alternar el peso entre ellos para evitar la presión constante en una sola área.

Uno de los aspectos más importantes es el uso de calzado adecuado, que debe proporcionar buen soporte, amortiguación y ajuste. Es recomendable elegir zapatos con soporte para el arco, suelas antideslizantes y, si es necesario, utilizar plantillas ortopédicas para un apoyo adicional.

Además, es crucial mantener una postura ergonómica, con los hombros relajados y alineados con las caderas, evitando encorvarse o inclinarse. La alineación adecuada de la columna vertebral es igualmente importante; la cabeza debe estar erguida, con las orejas alineadas con los hombros y la columna recta.

Para apoyar estas posturas correctas, se pueden usar superficies elevadas o taburetes para descansar un pie a la vez, lo cual ayuda a aliviar la tensión en la parte baja de la espalda y las piernas. Incorporar estiramientos regulares es esencial para mantener la flexibilidad y reducir la rigidez muscular.

Además, es crucial alternar posiciones durante el día, combinando momentos de estar de pie con períodos de descanso sentado. Esto no solo ayuda a reducir la presión en los pies y piernas, sino que también permite un cambio de postura beneficioso.

Los escritorios ajustables en altura permiten mantener una postura ergonómica durante la jornada laboral.

Los estiramientos deben enfocarse en las pantorrillas, muslos, espalda y brazos, y se recomienda realizarlos al menos una vez por hora, especialmente después de estar de pie por largos períodos. El fortalecimiento muscular es otro componente clave, ya que ayuda a mejorar la postura y la estabilidad. Los ejercicios como los levantamientos de talones, las flexiones de rodillas y los ejercicios para el core son especialmente beneficiosos.

Además, los masajes y otras terapias pueden ser útiles para aliviar la tensión muscular y mejorar la circulación. Incluir sesiones de masaje o utilizar dispositivos como rodillos de masaje para los pies puede ofrecer un alivio significativo.

El uso de alfombras antifatiga puede aumentar la comodidad, ya que proporcionan una superficie acolchada que reduce el impacto y la presión en los pies y las piernas, lo cual es útil en áreas con superficies duras.

Mantener una buena hidratación y una dieta equilibrada es crucial para el bienestar general y el rendimiento físico. Beber suficiente agua ayuda a prevenir la fatiga y mejorar la circulación sanguínea, mientras que una dieta rica en vitaminas y minerales es esencial para la salud de los músculos y las articulaciones. . Si es posible, ajustar la altura del área de trabajo también puede contribuir significativamente a reducir la tensión corporal.

Tomar descansos regulares también es importante. Estos breves descansos permiten al cuerpo recuperarse y reducen la fatiga, proporcionando una oportunidad para cambiar de postura, estirarse y relajar los músculos. Además, los masajes y otras formas de autocuidado, como el uso de rodillos de masaje o compresas calientes y frías, pueden aliviar la tensión y mejorar la circulación.

Precoin – Video: La historia de la ley de la silla

 

La historia de la Ley de la Silla

 

Prevención – Vídeo: Ejercicios para personas que trabajan de pie.

 

Tema: Riesgos Laborales.
Fuente: El país
Fuente: Prolaboral
Precoin Prevención, SL
(Bilbao -Bizkaia)