Legislación

El pasado 29 de Junio, la Comisión Europea publicó en el Diario Oficial un Reglamento de Ejecución en el que se disponía prorrogar la autorización de la comercialización y uso del glifosato.

Al mismo tiempo hizo pública una dura nota en la que recriminaba a los Estados miembros no haber sido capaces de alcanzar un acuerdo sobre la cuestión, lo que ha forzado a la Comisión a adoptar in extremis el reglamento citado. De no haberlo hecho la autorización del glifosato – que ya era provisional y ahora lo sigue siendo – se hubiera convertido en definitiva el día 30 de junio.

¿Qué es el Glifosato?.

El glifosato es un herbicida de amplio espectro que fue por primera vez comercializado por Monsanto con el nombre de Roundup en la década de 1970. Desde que su patente caducó en el año 2000, numerosas compañías producen hoy glifosato con diferentes nombres comerciales. Sin embargo, el Roundup de Monsanto sigue siendo el herbicida más vendido en el mundo.

Actualmente, y a nivel mundial, es la sustancia activa de más de 750 productos diferentes que se utilizan en la agricultura, silvicultura, jardinería y para aplicación doméstica. En España, en 2015, están autorizados 125 productos distintos.

Impactos en la salud.

Desde hace décadas se viene denunciando los potenciales efectos dañinos del glifosato para la salud humana, pero nunca se han llegado a tomar medidas.  El resultado: millones de hectáreas de tierras de cultivo, los parques y hasta las aceras son rociadas con glifosato cada año en todo el mundo.

En marzo de 2015 la Agencia para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado el glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”. Esta clasificación se basa en la evidencia limitada en seres humanos pero una fuerte evidencia de que es cancerígeno para los animales. También se sospecha que actúa como un disruptor endocrino y que es tóxico para la reproducción.

Los científicos han detectado este «probable» carcinógeno humano en nuestro aire, la lluvia, e incluso en nuestros cuerpos.

El informe de Greenpeace “Los plaguicidas y nuestra salud: una preocupación creciente” muestra como los plaguicidas afectan a nuestra salud y que entre los principales grupos de riesgo y más vulnerables se encuentran los agricultores, sus familias, los fetos, bebés y niños pequeños. Para aquellas personas que no nos encontramos en estos grupos la alimentación es la principal vía de exposición a los plaguicidas.

plaguicida

Impactos en el medio ambiente.

El uso de glifosato tiene graves impactos en el medio ambiente, puesto que afecta a los demás seres vivos como a los seres humanos, contamina los suelos y el agua. Hay evidencias científicas suficientes que demuestran que el glifosato tiene un impacto perjudicial sobre los organismos acuáticos, desde algas microscópicas hasta peces y moluscos, pasando también por las ranas y sus renacuajos pero también puede afectar a organismos del suelo, como las lombrices de tierra, fundamentales para mantener e incrementar la fertilidad del suelo.

Por otro lado, el uso del glifosato puede tener un impacto directo en plantas no-objetivo pudiendo conducir a una pérdida de especies silvestre que incluso pueden estar amenazadas. También impacta en la reducción generalizada de la diversidad y cantidad de especies y puede afectar seres vivos cruciales para la agricultura, como son los polinizadores, puesto que disminuye la diversidad y la oferta de alimento.

Además, su uso masivo, sobretodo asociado con los cultivos transgénicos que son tolerantes a este compuesto, hace que las malas hierbas se vuelvan más resistentes y sea mucho más difíciles de erradicar, ampliando el uso de sustancias químicas peligrosas aún más y las concentraciones utilizadas (se pasan a utilizar otras sustancias e incluso a mezclar varias). Todo ello reduce aún más los ya escasos beneficios económicos de los agricultores.

 

Nota de la Comisión Europea: Comunicado de Prensa