Prevención

El Ictus o Accidente Cerebro vascular (ACVA), conocido también de forma coloquial como embolia, es un conjunto de enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. Puede tratarse de una hemorragia, cuando uno de estos vasos se rompe, o de un infarto cerebral cuando una arteria se obstruye y no puede distribuir la sangre.

Hay que tener en cuenta que el ictus es la primera causa de discapacidad grave en adultos y es el médico rehabilitador el responsable de diseñar un programa que sirva para intentar superar la discapacidad en distintos ámbitos asistenciales, ya sea en centros hospitalarios o en el propio domicilio.

¿Cómo impacta en la vida de una persona y su entorno?.

Los efectos de un accidente cerebro vascular repercute en todos los aspectos de la vida de un individuo, incluyendo su comportamiento, forma de pensar, comunicación, actividades cotidianas. Vivir con las secuelas que puede dejar un Accidente cerebro vascular Agudo (ACVA), requiere frecuentemente realizar importantes cambios en la persona afectada y en su familia.

Algunas de las incapacidades que pueden resultar de un accidente cerebro vascular son:

  • Parálisis. Es muy frecuente que se produzca parálisis en un lado del cuerpo, llamada hemiplejia. También se puede producir debilidad de un lado del cuerpo, llamada hemiparesia. La parálisis o debilidad puede afectar sólo a la cara, una extremidad o puede afectar a todo un lado del cuerpo. El lado que se afecta es el contrario al hemisferio cerebral que ha sufrido el accidente. El déficit motor puede ser consecuencia del daño a la corteza motora en los lóbulos frontales del cerebro o en las partes inferiores del cerebro, como el cerebelo, que controla el equilibrio y la coordinación.
  • Déficit cognitivo. Se pueden producir problemas de raciocinio, conciencia, atención, juicio y memoria. Puede no tener conciencia de un lado de su cuerpo o un lado de su campo visual y no es consciente de su déficit. Puede estar inconsciente de lo que le rodea o puede no tener conciencia de déficits mentales resultantes del ACVA.
  • Déficit del lenguaje. Problemas para comprender (afasia) o construir frases (disartria). Suelen ser consecuencia de daño a los lóbulos temporales y parietales del cerebro.
  • Déficit emocional. Puede haber problemas para controlar sus emociones o expresar emociones inapropiadas en determinadas situaciones. Un problema muy frecuente es la depresión, que puede dificultar la recuperación y la rehabilitación e, incluso, conducir al suicidio.
  • Se puede dar un tipo de dolor llamado central, debido al daño en un área del cerebro llamada tálamo. Es una mezcla de sensaciones, como calor y frío, ardor, hormigueo, falta de sensibilidad, punzadas agudas y dolor intenso. Existen pocos tratamientos para combatir este dolor.

La persona afectada va a sufrir diferentes sensaciones entre las que se incluyen la cólera y el enfado. Procure mantener usted (familiar, amigo o cuidador) sus propias emociones bajo control, espere que él o ella recuperen el control de las suyas. Procure hacer comentarios de apoyo y trabajar juntos, idee un plan para ayudarle a reaccionar y ocuparse con más eficacia de sus sentimientos.

Algunos consejos a tener en cuenta que ayudará al paciente:

La Comunicación.
  • Reduzca al mínimo el ruido de fondo.
  • Colóquese de manera que pueda ver su cara y el cuerpo.
  • Ayúdese de gestos para explicar lo que quiera decir.
  • Reclame su atención diciendo su nombre o tocándolo.
  • Utilice oraciones sencillas y palabras específicas.
  • Hable clara y lentamente; dé un plazo de tiempo razonable para que digiera lo que usted ha dicho.
  • Acentúe la palabra clave.
  • Acompañe sus palabras con mensajes gráficos siempre que sea posible.
  • Repita siempre que sea necesario las palabras que cree no entendió.
  • No lo abrume ni grite.
Comunicación no verbal.
  • Utilice los gestos naturales:
  • Sacudidas de cabeza.
  • Señalar.
  • Dirija la cabeza del paciente con movimientos de la cabeza de si/no.
  • Dirija sus manos al gesticular o al señalar.
  • Póngase delante del espejo y haga que imite sus movimientos.
Conversación.
  • No acabe sus frases.
  • Plantee una frase en la que falte la palabra clave para que él la termine.
  • Póngase delante de un espejo y haga que mire el movimiento de su boca y después lo imite.
  • No finja entender si no es así; demuestre paciencia.
  • Si ve que no encuentra una palabra para expresar lo que quiere, platéele otro método como puede ser la escritura, gestos, etc.
Lectura.
  • Pida que lea en voz alta para ayudarle a entender mejor.
  • Refuerce las palabras clave mediante gráficos o fotografías.
  • Subraye palabras o frases clave.
  • Mientras que lee, utilice gestos para reforzar.
  • Anímele a que se detenga frecuentemente pero de manera breve para asimilar lo que está leyendo.
  • Si es posible, discutan el contenido de lo leído.

Invalidantes.

Las enfermedades cerebro vasculares aunque son una causa importante de muerte, son más invalidantes que mortales. De las personas que sobreviven a un ataque, aproximadamente el 50% serán parcial o totalmente dependientes a los seis meses, el 33% transcurrido el primer año, manteniéndose sin cambios durante los cinco años siguientes.

Además del trastorno motor, que se da en el 50% de las personas, se produce daño cognitivo (30%), trastornos del lenguaje, de la deglución, de la marcha, control de esfínteres, dolor y caídas frecuentes que se suman a las dificultades que afrontan estas personas, que los lleva a una situación d dependencia funcional y, en muchas ocasiones, a la imposibilidad de una vida social plena.

Recurrencia.

Si añadimos que hay un alto porcentaje de recurrencia, que crea una situación de inseguridad y miedo, se comprende que estén sometidos a una serie de factores que deterioran su calidad de vida.

Signos de alerta.

Los síntomas aparecen de manera repentina y se dan más de un síntoma al mismo tiempo, por lo que puede distinguirse fácilmente de un mareo o de un dolor de cabeza.

Los síntomas más característicos son:

  • Debilidad o entumecimiento en el rostro, el brazo y la pierna en una mitad del cuerpo.
  • Ceguera o deterioro visual repentinos, especialmente cuando se produce en un solo ojo.
  • Pérdida de la capacidad del habla, habla ininteligible o dificultad para entender lo que le dicen.
  • Un cambio reciente en la personalidad o en la capacidad mental.
  • Dificultad para tragar.
  • Dolor de cabeza (generalmente intenso y repentino) o cambios en el tipo o la frecuencia de los dolores de cabeza, migrañas inclusive.
  • Mareos, falta de coordinación o pérdida del equilibrio al caminar o trastornos de la audición de origen desconocido, especialmente si la persona presenta los anteriores síntomas de advertencia.
  • Ataques isquémicos transitorios (AIT). Ante cualquiera de estos síntomas, no espere, acuda a urgencias.

Emergencia médica.

Un ataque cerebral es una emergencia médica. Cada minuto cuenta cuando alguien está sufriendo un ataque cerebral. Cuanto más tiempo dure la interrupción del flujo sanguíneo hacia el cerebro, mayor es el daño. La atención inmediata puede salvar la vida de la persona y aumentar sus posibilidades de una recuperación con éxito. Si usted cree que alguien está teniendo un ataque cerebral, si la persona pierde súbitamente la habilidad para hablar, o para mover el brazo o la pierna de un lado del cuerpo, o experimenta parálisis en un lado de la cara, llame inmediatamente al servicio de emergencias (112).

 

Prevención – Vídeo: ¿Qué es un Ictus?.

Tema: Riesgos Laborales
Precoin Prevención
(Bilbao – Bizkaia)