¿Cómo proteger nuestra voz?.
El sonido de la voz se produce por la vibración de las cuerdas vocales, que son dos bandas de tejido muscular liso que se encuentran en la laringe, una delante de la otra. La laringe se encuentra entre la base de la lengua y la parte superior de la tráquea, que es el conducto a los pulmones (ver la imagen).
Los trastornos de la voz manifiestan la dificultad para producir sonidos al tratar de hablar o reflejan un cambio en el tono o calidad de la voz, que puede sonar débil, excesivamente velada, chillona o ronca.
¿Cómo puede saber si su voz no está sana?.
Si responde que «sí» a cualquiera de las siguientes preguntas, es posible que tenga un problema de voz:
- ¿Su voz se ha vuelto ronca o áspera?
- ¿Ha perdido la capacidad de cantar ciertas notas altas?
- ¿Su voz de pronto suena más grave o profunda?
- ¿Su garganta a menudo se siente como si estuviera en carne viva, adolorida o tensa?
- ¿Hablar se ha convertido en un esfuerzo?
- ¿Se encuentra que tiene que despejar la garganta repetidamente?
Si cree que tiene un problema de voz, consulte a un médico para determinar la causa subyacente.
Trastornos:
Las personas con mayor tendencia a sufrir trastornos de la voz son aquellos profesionales que hacen un uso prolongado de ella, como locutores o maestros. Los trastornos de la voz constituyen el principal motivo de consulta en las unidades de foniatría, siendo los más frecuentes los siguientes.
Afonía. La afonía se define como la pérdida total de la voz y su origen puede ser físico, como un traumatismo, o psíquico (por ejemplo, un cuadro histérico).
Disfonía. Constituye la alteración de la voz en cuanto a su tono, timbre o intensidad por un mal uso o abuso vocal o por un trastorno orgánico como la enfermedad de Parkinson. Así, las disfonías se clasifican en orgánicas (cuando existe una lesión anatómica en los órganos de fonación) y funcionales (sin evidencia de dicha lesión).
Etiología de los trastornos de la voz.
Existe una gran variedad de causas (tabla I) que pueden dar lugar a problemas de voz, siendo la mayoría de carácter leve, con tendencia a resolverse en un corto período de tiempo.
Laringitis. Es uno de los trastornos más frecuentes. Se produce la inflamación de las cuerdas vocales como resultado, generalmente, de una infección viral de las vías aéreas altas. Cuando las cuerdas vocales se inflaman, vibran de forma distinta y provocan ronquera. Otras causas de laringitis son: uso excesivo de la voz (al gritar, cantar, inhalar sustancias irritantes, consumir alcohol o tabaco, por llanto excesivo o prolongado en niños y por reflujo gastroesofágico (ascensión del ácido del estómago hasta la garganta).
Nódulos vocales. La excesiva presión sobre las cuerdas vocales, fenómeno habitual en cantantes profesionales, puede dar lugar a la aparición en ellas de pequeñas callosidades que se conocen como nódulos. La persona afectada presenta una voz ronca, de baja intensidad y entrecortada. Los nódulos vocales son benignos y suelen corregirse con reposo y rehabilitación.
Pólipos vocales. Los pólipos, al igual que los nódulos, también son tumoraciones benignas y suelen ser consecuencia del consumo prolongado de tabaco. A diferencia de los nódulos, por lo general se observan únicamente en una de las dos cuerdas vocales. Los pólipos o quistes también pueden ser secundarios a la presencia de reflujo gastroesofágico o al mal uso continuo de la voz y pueden requerir tratamiento quirúrgico.
Tabaco. El hábito de fumar puede provocar ronquera y constituye una de las principales causas de cáncer de laringe. Cuando el cáncer afecta a las cuerdas vocales, la voz se vuelve ronca y áspera. El paciente puede presentar, además, dificultad al tragar y respirar, dolor de oído o presencia de un bulto en el cuello. Dado que esta sintomatología suele aparecer de forma precoz, es fundamental acudir al especialista en cuanto se detecte, pues el diagnóstico temprano de este cáncer garantiza un muy elevado porcentaje de curación.
Además del consumo de tabaco, el cáncer de laringe, está muy relacionado con el alcoholismo y el virus del papiloma humano.
Reflujo gastroesofágico. La irritación de las cuerdas vocales por el ácido que asciende desde el estómago puede dar lugar a diversos síntomas como ronquera, problemas al tragar y dolor de garganta. Es un trastorno difícil de diagnosticar, ya que muchos de los pacientes que sufren este reflujo laringofaríngeo no presentan ardor retroesternal, un síntoma que acompaña de forma característica al reflujo gastroesofágico.
Educación / Profesor@s.
El 12% de los maestros coge la baja cada año por problemas de voz. Las afonías por el esfuerzo de hablar en clase, las faringitis crónicas y los nódulos en las cuerdas vocales son las principales causas de baja entre los profesores, seguidas por los dolores de espalda y las enfermedades respiratorias. Este porcentaje se eleva al 40% si nos referimos a los docentes que han estado de baja alguna vez durante su vida laboral por problemas de voz.
Los maestros de Infantil y Primaria, que imparten clase a niños entre 3 y 12 años, y las mujeres son los más afectados por estas patologías. Los primeros porque gritan más en el aula para captar la atención de los niños y las segundas, por el tamaño y la sensibilidad de sus cuerdas vocales.
Hábitos saludables para cuidar su voz:
La prevención de los trastornos de la voz debe abarcar dos cuestiones: la aplicación de unas normas de higiene para conservar la laringe en condiciones óptimas y la consecución de un entorno lo más ergonómico posible.
En cuanto al lugar de trabajo, es necesario que éste cumpla una serie de requisitos. El recinto debe tener una buena acústica, para evitar tener que forzar la voz, así como una correcta ventilación para que no se acumulen polvos, humos, gases, etc. en el ambiente. Asimismo, la temperatura ha de ser adecuada para prevenir que se resequen las mucosas.
Puede añadirse una tercera cuestión, que hace referencia a la actitud del trabajador. Por ejemplo, un profesor estresado o que padece angustia tiene mayor riesgo de sufrir trastornos de la voz.
Manténgase hidratado:
- Bebe mucha agua, especialmente cuando está haciendo ejercicio.
- Si tomas bebidas con cafeína o alcohol, equilíbrelas tomando mucha agua.
- Haz “siestas vocales”, descanse la voz durante el día.
- Usa un humidificador en tu hogar. Esto es especialmente importante en invierno o en climas secos. Se recomienda un treinta por ciento de humedad.
- Evita o limita el uso de medicamentos que pueden resecar las cuerdas vocales, incluyendo algunos medicamentos para el resfriado común y las alergias. Si tiene problemas de voz, pregúntele a tu médico qué medicamentos serían los más adecuados para su caso.
Mantenga un estilo de vida y una dieta saludables:
- No fumes y evita el humo de segunda mano. El humo irrita las cuerdas vocales. Además, el cáncer de las cuerdas vocales se ve con mayor frecuencia en las personas que fuman.
- Evita comer alimentos picantes. Los alimentos picantes pueden hacer que el ácido estomacal suba a la garganta o el esófago, provocando acidez estomacal o reflujo crónico.
- Incluya muchos cereales integrales, frutas y verduras en su dieta. Estos alimentos contienen vitaminas A, E y C. También ayudan a mantener saludables las membranas mucosas que recubren la garganta.
- Lávate las manos con frecuencia para evitar un resfrío o la gripe.
- Descansa lo suficiente. La fatiga física tiene un efecto negativo en la voz.
- Haga ejercicio regularmente. El ejercicio aumenta la resistencia y el tono muscular. Esto ayuda a que tenga una buena postura y mejora la respiración, que son necesarias para hablar correctamente.
- Si tienes acidez estomacal crónica (enfermedad por reflujo gastroesofágico) hable con su médico sobre los cambios en la dieta o los medicamentos que pueden ayudar a reducir los brotes.
- Evita los enjuagues bucales o para hacer gárgaras que contengan alcohol o productos químicos irritantes.
- Evita el uso de enjuagues bucales para tratar el mal aliento persistente. La halitosis (mal aliento) puede ser el resultado de un problema que el enjuague bucal no puede curar, como infecciones de bajo grado en la nariz, los senos nasales, las amígdalas, las encías o los pulmones, así como el reflujo de ácido gástrico.
Usa tu voz sabiamente:
- Intenta no maltratar la voz. Evita hablar o cantar cuando tu voz está ronca o cansada.
- Descansa su voz cuando estés enfermo. La enfermedad pone un estrés adicional en tu voz.
- Evita utilizar los extremos de su rango vocal, como gritar o susurrar. Hablar demasiado alto o demasiado bajo puede enfatizar su voz.
- Practica buenas técnicas de respiración al cantar o hablar. Apoye su voz con respiraciones profundas desde el pecho (diafragma) y no confíe solo en su garganta. A los cantantes y oradores a menudo se les enseñan ejercicios que mejoran este tipo de control de la respiración. Hablar desde la garganta, sin sostener el aliento, pone una gran presión sobre la voz.
- Evita sostener el teléfono entre la cabeza y el hombro cuando hables. Sostener el teléfono así durante periodos prolongados puede causar tensión muscular en el cuello.
- Considera usar un micrófono cuando sea apropiado. En entornos relativamente estáticos, como áreas de exhibición, aulas o salas de ejercicios, un micrófono liviano y un sistema de amplificación o altavoz pueden ser de gran ayuda.
- Evita hablar en lugares ruidosos. Tratar de conversar por encima del ruido produce tensión en la voz.
- Contempla la idea de recibir terapia de voz. Un patólogo del habla-lenguaje con experiencia en el tratamiento de problemas de la voz puede enseñarle cómo usar su voz de manera saludable.
Prevención – Vídeo: ¿Cómo cuidar la voz?.
Prevención – Vídeo: ¿Cómo calentar la voz?.